Las diez "mejores" obras de la música clásica
Un listado con mis diez obras de la música clásica
Las diez obras más trascendentes de la música clásica
En La Nación se planteó una tarea imposible: seleccionar las diez mejores canciones/obras de diez campos musicales diferentes. A mí me solicitaron las diez mejores (yo prefiero llamarlas trascendentes) obras de la música clásica. Por razonables y atendibles cuestiones de diseño, el mínimo prólogo que yo escribí no apareció. Del mismo modo, la selección musical general provino de Spotify y no de youtube por lo que no hubo coincidencias entre el texto y el enlace. Acá va la nota completa y con los links correspondientes.
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Escoger sólo diez obras de las miles y miles que fueron escritas desde hace muchos siglos es una tarea, cuanto menos, injusta. Además, ¿con qué criterio se realizaría esa selección? Si fuera por elegir las más conocidas y “populares” ahí estarían obras tan disímiles como Para Elisa, de Beethoven, Las cuatro estaciones, de Vivaldi, el Bolero, de Ravel, Danubio azul, de Johann Strauss, el mal llamado Rondo allá turca de Mozart, la Toccata para órgano en re menor, de Bach, el Aleluya, de Handel, y la Marcha nupcial, de Mendelssohn, entre muchas otras más. Pero si de trascendencia artística y musical el asunto se trata, la selección de diez obras sería otra e, inevitablemente, adolecerá de al menos un inconveniente insalvable como es el de la subjetividad de la valoración, un componente humano esencial en el que se funden consideraciones estéticas y discursivas, evaluaciones culturales y los respetabilísimos e insalvables gustos personales. Aun con los reparos que acarrea la tan mentada subjetividad, seguiremos este último criterio y, dejando de lado la popularidad o masividad, por razones de relevancia y significación o, sencillamente, por bellezas superiores, éstas son nuestras diez obras maestras más importantes de la música clásica. Y que cada uno, con todo derecho, haga su propia lista.
1. Johann Sebastian Bach: La pasión según San Mateo. Pensada para servir en el oficio vespertino del Viernes Santo de 1727, en la iglesia de Santo Tomás, en Leipzig, Bach concibió una obra monumental para solistas, doble coro y doble orquesta. Este extenso fresco musical del barroco es una sucesión de coros, escenas de conjunto, corales luteranos y arias bellísimas. En el final, para doble coro y orquesta, se escucha el lamento comunal por la muerte de Jesucristo.
https://www.youtube.com/watch?v=CSQOclZiErM
2. Ludwig van Beethoven: Sinfonía Nº9. De todas las sinfonías de la historia, sobresale la última de Beethoven, completada en 1824 y estrenada ese mismo año en Viena. Sobre el orgánico orquestal de toda sinfonía, Beethoven agregó, por primera vez, solistas y un coro para entonar la Oda a la alegría de Schiller. Desde entonces, todos acuden para admirar una construcción musical magistral pero, sobre todo, para disfrutar del canto del coro en el cuarto movimiento (1.06.36).
https://www.youtube.com/watch?v=rOjHhS5MtvA
3. Wolfgang Amadeus Mozart: Réquiem en re menor. En diciembre de 1791, a los 35, Mozart falleció en Viena y dejó inconclusa una misa de difuntos que había comenzado algunos meses antes. Sobre los formatos y modelos del clasicismo al cual pertenecía, Mozart, mirando para atrás, incorporó texturas y modos propios de la representación musical del barroco, esencialmente de Bach, y compuso una obra superlativa. El final del manuscrito de Mozart es el “Lacrymosa”, todo un simbolismo, pero también un pasaje de altísima emocionalidad.
https://www.youtube.com/watch?v=FUaIUHYfhjs
4. Igor Stravinsky: La consagración de la primavera. El siglo XX, musicalmente hablando, nació hacia 1910 con los terremotos que provocaron, fundamentalmente, Arnold Schoenberg, Béla Bartók e Igor Stravinsky. De las grandes obras de aquel tiempo, emerge única y admirable La consagración…, el tercer ballet de Stravinsky, estrenado en París, el 29 de mayo de 1913, sin lugar a dudas la gran obra maestra de aquel nuevo tiempo.
https://www.youtube.com/watch?v=EkwqPJZe8ms
5. Richard Wagner: Tristán e Isolda. Compositor inquieto y transformador, Wagner concluyó esta ópera en 1859 y recién pudo estrenarla seis años después. Denominada por su autor como un drama musical, ahí adentro laten armonías insólitas, monólogos y diálogos extensos, una tensión de avance lento y orquestaciones que asumen una importancia indispensable. En el final, Isolda muere recordando a su amado.
https://www.youtube.com/watch?v=WFUYrJEoMQU
6. Claude Debussy: Preludio a la siesta de un fauno. Pocos compositores pueden exhibir una obra que cambió la historia de la música. Entre 1892 y 1894, Debussy trabajó sobre un poema simbolista de Stéphane Mallarmé y para plasmarlo en sonidos encontró una solución absolutamente novedosa con armonías hexatónicas, melodías onduladas o zigzagueantes de direccionalidad incierta y un color orquestal general que se despliega mágico a intangible. Sencillamente, Debussy inauguraba el impresionismo.
https://www.youtube.com/watch?v=Y9iDOt2WbjY
7. Hector Berlioz: Sinfonía fantástica. El romanticismo venía avanzando poderoso sobre los estertores y los academicismos del clasicismo sin poder asentarse definitivamente como un movimiento independiente. En París, en 1830, Berlioz estrenó una sinfonía programática en cinco movimientos sobre los “episodios en la vida de un artista”, con nuevas armonías y con una orquesta desmesurada que incluía más y nuevos instrumentos. Con la Sinfonía fantástica, el romanticismo tuvo su partida de nacimiento.
https://www.youtube.com/watch?v=5HgqPpjIH5c
8. Giuseppe Verdi: Nabucco. De entre todas las obras maestras de Verdi, Nabucco, de 1842, fue la que tuvo mayor impacto en el pueblo que la escuchó. Era el tiempo del Risorgimento y de las búsquedas de la independencia y la unificación italiana y el coro de los esclavos hebreos que, cautivos, recuerdan a su patria perdida devino en un auténtico himno popular y libertario. Superando tiempos y geografías, ese mismo coro es hoy ovacionado e identificado como un canto en contra de todas las tiranías.
https://www.youtube.com/watch?v=J5qi_4DnpKg
9. Bach: El clave bien temperado. En 1722, Bach concluyó una serie de veinticuatro preludios y fugas que asentaban la idea de la tonalidad y que definían un nuevo tipo de afinación. Con todo, lejos de ser un tratado de composición, la colección es un corpus artístico admirable. Sin embargo, incansable y creativo, veinte años después, Bach completó un segundo volumen tan excelente y maravilloso como el primero. Una biblia musical única y extraordinaria.
https://www.youtube.com/watch?v=Xqr-PGgTWwk
10. Franz Schubert: Fantasía para piano a cuatro manos en fa menor. Schubert falleció a los 31 y en su último año de vida escribió varias obras maestras. Entre ellas, se destaca una fantasía para piano a cuatro manos de una belleza superior, con una construcción cíclica notable y que, en su avance de cuatro movimientos continuados, incluye melodías exquisitas, danzas, pasajes fúnebres y también feroces, una fuga y un final sublime en el que la música se evapora.
https://www.youtube.com/watch?v=UyjzqPPXDcw