Cien años de la radio argentina

La primera transmisión de radio tuvo que ver con la música clásica. Los célebres locos que estaban en la azotea del Teatro Coliseo, a puro coraje y fantasía, emitieron una ópera de Wagner. Gloria a esos locos en las alturas que después bajaron a la tierra ya no para esparcir la paz sino para que desde aquel momento inaugural, muy lentamente, fuera emergiendo la radio, un medio de comunicación que, en contra de los peores vaticinios y de muchas defunciones anunciadas, sigue siendo imprescindible, indispensable, irremplazable. En estos cien años aparecieron otras tecnologías que promovieron el nacimiento y establecimiento de otros medios de comunicación potentes y cada vez más masivos. Pero la radio sigue ahí por sus unicidades y sus peculiaridades ya no meramente técnicas sino esencialmente culturales, en el más amplio y comprensivo de sus sentidos.

Desde aquel Parsifal inaugural, la música clásica siempre estuvo presente en la radio argentina. En pocas emisoras, casi siempre oficiales, con sus rectitudes y un formato estricto, disciplinado e inmutable, Beethoven, Brahms y, muy ocasionalmente, Alberto Williams o Carlos Guastavino siempre sonaron en esas pocas estaciones. Y dentro de esa historia gloriosa de la radio argentina, un minimísimo lugar creo que puedo reclamar. Comencé con Según pasan los temas, el 7 de abril de 1989 en lo que era Radio Municipal. Fue un día viernes, a las 21 y el programa se extendió por cuarenta y cinco minutos. Treinta y un años después, el programa sigue vigente pero su aporte a la radiofonía argentina no fue su persistencia sino la idea de proponer un programa de música clásica diferente en su formato y en su modalidad de comunicación. Según pasan los temas fue el primer programa interactivo de música clásica de la radio argentina. Los oyentes de música clásica, por primera vez, encontraron un espacio para llamar, opinar, participar y criticar. Peregrinó por otras emisoras y, desde 2003, está en Radio Nacional Clásica.

Por mi programa y su consolidación, fui convocado para dirigir Radio Nacional Clásica. Y es por ese trabajo que me atrevo a reclamar un espacio mínimo, casi imperceptible, dentro de la historia de la radiofonía argentina. A lo largo de doce años, desde noviembre de 2007 hasta finales de 2019, pusimos al aire una radio de música clásica democrática, inclusiva, abierta, descontracturada -que en este peculiar campo radial fue toda una aventura y una osadía- y que, además, abrió sus puertas y sus canales para todos sus oyentes y promovió ciclos de conciertos públicos, gratuitos y que, gracias a las emisiones, los tornaron, a su manera, en multitudinarios y más que significativos dentro del panorama de la música argentina. La enumeración de programas especiales, transmisiones llevadas adelante y la producción de innumerables entrevistas y eventos podrían dar testimonio de la producción cuantitativa de esa gestión. Pero fue su modalidad comunicacional general y novedosa dentro de un concepto general comprensible y plural, por lo demás, con mucha aceptación y reconocimiento, lo que hicieron de La 96.7 una radio diferente y nueva.

Lejos, lejísimo de las grandes estrellas de la historia de la radiofonía argentina y de sus grandes gestas creo que esos doce años de Radio Nacional Clásica merecen ser destacados. Humildemente, por supuesto.

Adjunto mi relato radial del sábado 7 de marzo, dentro de Según pasan los temas, cuando recordé los lineamientos y el trabajo realizado a lo largo de esos doce años.

https://ar.radiocut.fm/audiocut/doce-anos-al-frente-radio-nacional-clasica/?fbclid=IwAR1XV7yObehum1dI1eCqDViu3xiKdm_Vg6fbP6KN2zo1jwjcH3YJk3C4xxA